Cocinar con pocas calorías
26 abril, 2022Recomendaciones sobre la intolerancia a la fructosa
21 julio, 2022¿Tienes intolerancia a la fructosa? Actualmente, cuando alguna persona siente molestias estomacales, se realiza un protocolo para ver diversas anomalías. Las más frecuentes son realizar test de oxígeno e hidrogeno para detectar gases. Estos tipos de gases y sus volúmenes, nos indicaran si puede existir algún tipo de intolerancia. Las más comunes son a la lactosa o la fructosa. En este artículo hablaremos sobre este último.
La intolerancia a la fructosa se produce por una incapacidad de nuestro organismo de absorber una parte o toda la fructosa que entra en nuestro sistema digestivo. Esto es básicamente producido por una alteración en una proteína llamada G-5. Esta se encarga de transportar la fructosa hasta las células del intestino encargadas de absorberlo. Pero un mal funcionamiento de este transportador hace que la sustancia no llegue óptimamente a esas células.
¿Qué sucede entonces?
1.- Esa fructosa es inapropiadamente digerida por nuestro micro biota. Que se encuentra fuera de nuestros intestinos.
2.- La digestión que estas bacterias realizan provocan un alto volumen en gases.
3.- Esos gases viajan por nuestro sistema digestivo y respiratorio buscando la salida; y generando un estado de hinchazón constante.
Debe quedar claro que no estamos hablando de una alergia. Sino de una intolerancia. En la primera, lo que se produce es un rechazo frontal de nuestro sistema inmune a la substancia. Provocando una serie de reacciones inflamatorias. La intolerancia a la fructosa, es verdad que también genera reacciones inflamatorias. Pero más provocadas por el exceso de gases y desechos que nuestra microbiota genera de forma inadecuada.
Además de las conocidas, como al polvo o al polen, hay otras también relacionadas con el consumo de alimentos. Una de las más comunes es la del gluten. Una proteína que nos genera una reacción anti inmune en nuestro sistema defensivo. Provocando anomalías diversas en el normal funcionamiento de nuestros intestinos.
Una consecuencia de la mala absorción de la fructosa puede ser el sobre crecimiento bacteriano. Las células de nuestros intestinos se ven sobre alimentadas por un nutriente que nuestro organismo no absorbe y son ellas las que lo hacen. Este mal funcionamiento se conoce como SIBO. Y puede crear un ciclo constante, en que esas bacterias empiecen a demandar de forma independiente, cada vez más alimento. Provocando en nuestro organismo una serie de deficiencias que habrá que vigilar.
En un próximo artículo trataremos como minimizar las consecuencias de esta intolerancia y qué tipo de alimentación es la más adecuada para ello.