
Seis pautas de coaching nutricional
2 noviembre, 2021
Reducir la ansiedad por la comida
24 enero, 2022Combatir el hambre emocional. Partimos desde la base que el termino combatir el hambre emocional tiene que cambiarse por apetito emocional. El hambre es una necesidad fisiológica. Mientras que el apetito tiene más que ver con las apetencias sensoriales. Nuestra mente está formada por neurotransmisores y neuronas que en determinados casos buscan el placer inmediato. Son los recaptadores de serotonina que cuando reaccionan a alguna acción, nuestro mecanismo de recompensa se fortalece.
Este proceso, que instintivamente se genera para diferenciar lo bueno de lo malo, en algunos casos se deteriora. Y genera tendencias insanas y repetitivas, que nos hacen entra en un dañino bucle.
Muchos de los casos más preocupantes de ingestas masivas de alimentos se tienen que regular desde el lado emocional. Comer constantemente alimentos altamente calóricos puede tener que ver con ciertas deficiencias emocionales.
Mirar dentro de nosotros para ver que buscamos en la comida. Y por lo visto no encontramos en otras cosas. La sociedad actual fabrica productos alimenticios que sean altamente palatables; fácil de engullir; y a precios más que asequibles. Ese es el inicio para que, desde pequeños; almorcemos o merendemos ultra procesados con estas características.
La clave es tener a mano comida saludable: Frutas y verduras que entre horas nos puedan saciar y calmar ese estado emocional. Comemos ultra procesados por premiarnos; por castigarnos; o simplemente, por el placer de hacerlo. Pero cuando se convierte en un hábito, este se acerca mucho a la adición ya que lo asociamos a sentimientos emocionales que funcionaran como disparadores de dicha acción.
Una buena técnica, también, es escribir en que momentos siento ese apetito emocional. Quizás sea cuando este estresado, o aburrido o enfadado. Anotándolo nos daremos cuenta de en qué momentos se produce y con qué frecuencia. Una vez identificados podremos tomar las medidas oportunas.
Hay muchas herramientas y prácticas que nos ayudaran a calmar esa hambre emocional; a combatir el hambre emocional:
– Deporte. Está demostrado que un poco de ejercicio cardiovascular a la semana hará que nuestro nivel de endorfinas se nivele. Y reducirá el cortisol, que es la hormona del estrés.
– Ejercicios de relajación. Mejorar nuestro control mental mediante estos ejercicios de relajación también ayudará a que en los momentos claves podamos tomar decisiones más adecuadas, que comer compulsivamente.
– Tener a mano comida poco calórica como fruta y verdura. Esto hará que nuestra hambre emocional disminuya e iremos cambiando la tendencia progresivamente.
Por último, señalar que tenemos que salir de esa espiral de ultra procesados tan pronto como podamos. Cultivaremos la mente para parar esos pensamientos. Y poco a poco ira convirtiéndose en situaciones e ingestas esporádicas. Que no dañaran nuestro cuerpo y nuestro estado emocional.

